El EsPaCiO De La CrEaTiViDad

El EsPaCiO dE lA cReATiViDaD: Bienvenidos a mi espacio de la creatividad. Pienso que el que uno ya cree su propio espacio es genial y si además es creativo en él, es la 'monda'.

Aprendamos y enseñémonos entre nosotros:-)

martes, 17 de mayo de 2011

Historia sobre el libro 'Mal de escuela'


Lunes por la mañana se dirigían hacia el instituto dos amigos del mismo barrio. Ambos tenían 16 años y llevaban ya 6 meses de clase. Cursaban primero de bachiller.
Esa mañana tenían examen de lengua, en concreto sobre la lectura de un libro ‘Cantar de mio Cid’, escogido por Mª Ángeles, la profesora.

Esos chicos eran Gerard y Ariadna. Ari pasaba cada mañana a las 8:00 a recoger a Guerard para ir juntos al instituto. Un lunes cualquiera hubieran hablado de la peli que vieron anoche, pero no era un lunes cualquiera. Tenían examen.
-¿Te has leído el libro, Guerard?
-Sí, pero no sé para que, porque voy a volver a suspender, como me pasó con el libro del 1er cuatrimestre, y eso que me lo leí!.
-Que te saliera mal el 1er exámen de lectura no significa que te vayan a salir todos mal. A lo mejor es que necesitas leer con más detenimiento, con más profundidad, no crees?
-De todas formas, de qué me serviría la lectura de este libro en la vida?
-Pues a lo mejor no te sirve para aprender a caminar, pero si para dar rienda suelta a tu imaginación, para divertirte, para interpretar…
-No creo que me divierta  nunca leyendo. ¡Con mi pandilla, escuchando música o viendo pelis de acción si que me divierto!
-Hay muchas formas de divertirse y leyendo puede ser una de ellas. ¿A que nunca te has atrevido a divertirte leyendo? Leyendo eres un pájaro libre…

Guerard calla. Piensa mientras siguen andando. La pregunta de Ari le deja caviloso, pero de nuevo vuelve al fondo del pozo:
-Pero si suspendo las pruebas de lectura es porque no entiendo los libros!
-¿Por qué no pruebas a leer un libro de un tema que te guste?, es más ¿Por qué no nos leemos el mismo libro los dos?

Guerard pareció alargar sus labios para sonreír tímidamente. Una sonrisa en la que se detectó una pizca de ilusión por compartir y comprender un libro.
Aún no sabían cual sería el libro, pero eso ya era algo secundario.
Ari, su amiga, porque era su mejor amiga, se había permitido voluntariamente ayudar a guiar por el camino de la comprensión y la imaginación a un pajarito con las alas algo dañadas, pero que con ayuda, estaba convencida, se repararían para que ya nunca dejaran de volar.

Llegaron a clase. Saludaron a la profesora. Se sentaron. Sacaron un bolígrafo y comenzó la fiesta lingüística.
Al día siguiente las notas. Ari, tensa, mira a Guerard. Intenta con la mirada no hacerle sentirse solo, porque desde su mesa ya había visto su nota, un 2. Él quería aparentar indeferencia.

Mª Ángeles intenta durante 50’ analizar conjuntamente las preguntas del examen. Se acaba la clase. Los dos amigos se dirigen a la biblioteca para emprender su proyecto. Allí les esperaba un mundo de historias de lo más variopintas.
Después de dos horas de selección eligen ‘Diez negritos’ (de Agatha Christie). Increíble novela de suspense, adivinar el asesino.
En dos días, Ari se lo devora. Llega a manos de Guerard, que piensa que también debe hacer el esfuerzo de leérselo en dos días, para quedar con Ari el domingo y comentar todos los detalles.
Durante esos dos días el esfuerzo se eliminó y apareció la sensación de enganche. ¡Qué tentativo era llegar a resolver el crimen, cual fuera Sherlock Holmes!.
Ese pajarito estaba empezando a experimentar sensaciones cognitivas nuevas y fuertes. Sensaciones de divertimento entre un montón de papeles con letras y tú, solo tú, Guerard.
Los dos días se convirtieron en horas, las horas en minutos y éstos a su vez en segundos.
Llegó el día del reencuentro, el domingo, donde el pájaro, que no pajarito, intercambiaría sus ideas con su rescatadora, su amiga, su mejor amiga, Ari.
Solo verse rieron y sin perder más tiempo empezaron a desembuchar. Hablaban a la vez, como si las palabras se mezclaran, pero a la vez se ordenaban, jugaban con el tono de voz, sus miradas lanzaban chispas de emoción.
Sí. Ari lo había conseguido. Que sensación de éxito tenía en su ser. ¡Que sensación de haber encestado un triple!.

Esa noche, Guerard decidió escribir sobre todo lo ocurrido durante la semana y claro, sobre el libro. Sus alargados dedos volaban sobre el teclado. Que ansia por expresar.
Al final de la clase de lengua, Guerard deja en la mesa de Mª Ángeles una hoja. La lee de noche en su casa. Se alegra por lo que lee. Un escalofrío recorre su cuerpo, se le habían adelantado.
Al día siguiente, entran a clase los alumnos. Mª Ángeles ladea la cabeza hacia dos alumnos y lanza un guiño.


OPINIÓN DEL LIBRO Y AUTOEVALUACIÓN:

Para ser sincera el libro y yo empezamos fatal. No conseguía entender las palabras del autor. Su estilo tan raro me descolocaba. Seguí forzada leyéndomelo, pero los capítulos siguientes empezaron a ser diferentes para mí. Las historias me enganchaban y el estilo del autor me parecía interesante, es más he intentado copiar su estilo en mi relato.
Hay fragmentos que son verdaderamente fascinantes. Analiza al ‘zoquete’ desde dos puntos de vista, desde la experiencia y desde el profesor que se ha convertido.
Supongo que unos más que otros nos hemos sentido como “ese zoquete”. No comprender, sentirse solo, huir de lo que se nos da mal, reiterarte cien mil veces lo mal alumno que eres, la inferioridad con tus compañeros, la culpabilidad de los adultos por las malas notas…en fin un cúmulo de sentimientos que se necesitan saber para poder ayudar a comprender desde cero.
Ese ‘zoquete’ está instaurado en muchos adolescentes, que en el fondo se esconden detrás del cuerpo de Maximilien.

Como habréis podido comprobar los personajes de mi relato no salen en el libro, pero mi propósito era reflejar algunos temas tratados por Pennac.
Principalmente quería destacar que el papel de los docentes en chicos/as que les resulta difícil comprender y que tienen que soportar año tras año las notas se les tiene que ayudar y motivar de alguna manera, por la cual encuentren verdaderamente el valor por querer comprender y saber.

Moraleja de mi relato extraído del libro: “El saber es primero carnal…nos llega por los libros, es cierto, pero los libros salen de nosotros mismos. Un pensamiento hace ruido, y el placer de leer es una herencia de la necesidad de decir” (Pag 131).

No hay comentarios:

Publicar un comentario